sábado, 16 de agosto de 2008

Las disfunciones sexuales.

Es un trastorno en alguna fase (o en todas) de la respuesta sexual –deseo, excitación, meseta u orgasmo-. El problema suele ser fisiológico o psicológico, pero siempre implica la dificultad de alcanzar el placer sexual de forma total o parcial.


-Deseo sexual inhibido (DSI):
La persona –generalmente la mujer- no tiene interés por la sexualidad: no le apetece el encuentro sexual, no tiene fantasías eróticas, no se masturba, no se siente atraída por otras personas, incluso puede llegar a aborrecer el sexo. Hay diferentes grados: desde la persona que aun sin tener apetencia sexual responde a las caricias de su pareja, consigue excitarse y llegar al orgasmo, hasta aquella que no soporta ni tan siquiera que se le acerquen. Por todos estos síntomas, a este trastorno se le denomina también “apatía sexual” o “falta de deseo sexual”. Es la causa principal de consulta, seguida de la falta de orgasmo en la mujer.
Existen diversas enfermedades que pueden desencadenar este trastorno, como la diabetes; además, el consumo de ciertas sustancias como antidepresivos, alcohol, opiáceos o, ya en el plano psicológico, asuntos como un bajo nivel de autoestima, un pobre concepto de la imagen corporal de ansiedad pueden igualmente disminuir el deseo sexual.
Sin embargo, lo más probable es que haya aparecido a partir de experiencias negativas como impotencia o anorgasmia –falta de orgasmo-, desarrollándose y manteniéndose posteriormente por estados de ansiedad y falta de confianza de la persona en sí misma.



-Anorgasmía:
En la mujer se trata de una ausencia o retraso en alcanzar el orgasmo cuando ha habido una fase normal de excitación y una estimulación adecuada. Se da con bastante frecuencia y es la segunda causa de consulta, después del deseo sexual inhibido.
Entre las causas orgánicas están la diabetes, los trastornos neurológicos, las lesiones o el consumo de alcohol y tranquilizantes. Sin embargo, en el origen de la anorgasmia tienen más peso las causas psicológicas. No es raro, pues, que se dé en mujeres educadas de forma puritana, en ambientes muy rígidos moralmente y que han recibido poca información sexual; también son frecuentes los casos de anorgasmia en mujeres que han tenido alguna experiencia traumática como abusos sexuales o violaciones.





-Trastorno de la excitación sexual:

En este caso, en la mujer se pueden dar dos situaciones: bien siente –aspecto subjetivo- que no alcanza la excitación sexual, ni obtiene placer, bien encuentra dificultad en mantener la excitación ya que su vagina no se lubrica lo suficiente –aspecto objetivo-. En el hombre sucede algo parecido: puede no sentir ni excitación ni placer, o puede que se trate de la incapacidad de obtener o mantener la erección hasta el final de la relación sexual. Normalmente este trastorno se le denomina impotencia. No es común en adolescentes, sino que más bien a partir de los cincuenta años. Las causas pueden estar relacionadas –entre otras cosas- con el alcohol, el riego sanguíneo del pene, lesiones de la médula espinal, la falta de hormonas sexuales masculinas o causas psicológicas como la ansiedad, depresión o problemas de pareja.


-Eyaculación precoz:
Es el trastorno más común en el hombre. Se trata de la dificultad de éste para controlar la salida del semen, de manera que eyacula de forma rápida, apenas entra en la vagina o en cuanto se excita.
Sus causas orgánicas pueden ser enfermedades como la prostatitis o la esclerosis múltiple aunque lo más habitual es que sea una conducta que se ha adquirido tras encuentros sexuales bajo fuerte ansiedad –prisas por dejar el lugar donde se realiza el coito, miedo a ser sorprendido, etc.-, o falta de confianza en sí mismo.


-Coito doloroso o dispareunia:

Afecta a los dos sexos, aunque suele ser más habitual en la mujer. El dolor suele aparecer antes, durante o después del coito. En el hombre se fija en el pene, los testículos o los órganos internos al eyacular. La mujer siente dolor –escozor, ardor, contracción o dolor punzante- al ser penetrada. Es un dolor persistente y recurrente –en las donas vaginal, pélvica o abdominal-. Puede originarse por causas orgánicas como deformaciones de la vagina, útero o de otras zonas del aparato genital.
Actualmente se le está dando gran importancia a las causas psicológicas que giran en torno a una mala educación sexual, poca información, miedo a las relaciones sexuales, anteriores relaciones traumáticas, etc..



-El vaginismo:
Es un espasmo reflejo en el momento de realizar el coito, que origina a su vez una contracción en los músculos de la entrada de la vagina, cerrándose el orificio vaginal. Los músculos de los muslos pueden contraerse igualmente haciéndose muy dificultosa la separación de las piernas; la penetración resulta, pues, imposible e incluso dolorosa si se fuerza. Estos mismos espasmos se pueden producir cuando la mujer intenta ponerse tampones, diafragmas o ser examinada por el ginecólogo.
A pesar de estos problemas, el vaginismo no impide que la persona se excite durante el encuentro sexual, disfrute de caricias genitales y alcance el orgasmo –siempre y cuando el hombre no intente introducir el dedo en su vagina.

lunes, 11 de agosto de 2008

Cambios físicos asociados a la adolescencia:

-La pubertad:
El culpable de todo está totalmente identificado: el hipotálamo (glándula que tenemos instalada en el cerebro). A una determinada edad, cuando se inicia esta etapa tan merecidamente impopular que es la adolescencia, el hipotálamo empieza a fabricar hormonas (testosterona en los chicos y estrógenos en las chicas), y estas hormonas son las que producen todos esos cambios que afectan a todos en alguna etapa de la vida

Cambios físicos: estos cambios no surgen a una edad exacta, tiende a variar. Se puede presentar a partir de los 11 años hasta los 16.
Seré breve:

-Chicas: se desarrollan los pechos, “salen” las caderas, el trasero se redondea e incluso, en bastantes casos, se tiende a engordar.

-Chicos: desarrollo de la musculatura, el pene crece y salen pelos por todas partes.

-Ambos sexos: Las glándulas de la piel empiezan a producir una especie de grasilla que es la responsable de que salgan esos granitos en la cara denominados Acné. De todas formas, como esa producción de grasilla no es el único factor que influye en el acné, se puede aliviar el problema con productos farmacéuticos recetados por el dermatólogo y también cuidando la alimentación, evitando en la medida de lo posible los productos que lleven mucha grasa, el chocolate, etc… Y como es lógico, tocarse o reventarse los granos no hace más que empeorar las cosas.
Las prioridades también cambian. Lo que antes era tan interesante ahora te aburre. La manera de pensar cambia (Ejemplo: el típico momento en el que tu mejor amigo te dice (con su nueva voz de Constantino Romero) que no va a ir a tu casa a jugar a cazadores y tigres con el gato… porque ha quedado con otro amigo y CHICAS.)

Síndrome premenstrual (SPM)

El síndrome premenstrual (SPM)
Unos días antes de la regla, las chicas suelen tener ciertas alteraciones físicas y psíquicas producidas por la bajada de determinadas hormonas. Es muy importante que estos días las chicas estén relajadas, que lleven ropa cómoda y que no hagan sobreesfuerzos.

Alteraciones:
-Físicas: alergia, cansancio, dolor de cabeza, edemas, náuseas, retención de agua, tensión mamaria, tensión abdominal.
-Psíquicas: angustia, ansiedad, insomnio, depresión, desánimo, excitabilidad, irritabilidad.

Para combatir los síntomas del síndrome premenstrual, pon en práctica los siguientes consejos:
-Dieta: Es aconsejable reducir al máximo el consumo de sal, para facilitar la expulsión de líquidos y reducir la hinchazón, y evitar el consumo de cafeína, tabaco y alcohol.
-Estrés: Evitar las situaciones de estrés; es positivo alejarse de las situaciones estresantes, de manera que se consideren con calma y objetividad.
-Relajación: La tensión e irritabilidad son síntomas muy comunes, y el aprender alguna técnica de relajación, como yoga o ejercicios respiratorios, ayuda a liberar esta tensión.
-Ocio: Cuando el humor es cambiante e inestable, siempre es beneficiosa alguna actividad lúdica y tranquilizante.
-Ejercicio: Un ejercicio físico suave y regular durante los días previos a la regla ayuda a suavizar los síntomas. Un paseo de una hora mejora la circulación sanguínea, y proporciona sensación de bienestar y energia.